Y el pelo me sigue creciendo. Siento su peso en la cabeza, cuando
camino me toca la espalda, me recuerda todos los recuerdos que lleva, el día de
la fiesta, el día del último abrazo, el día que me enoje porque no quería seguir
sus ordenes, el día que finalmente reconocí que no quiero a mi hermano, el día
mas feliz de mi vida, el día que aquel pantalón de corderoy violeta dejo de cerrar y el día que supe que esa persona
iba estar conmigo hasta siempre. Trato de empezar de nuevo, una nueva vida aquí
en este lugar que ya siento mi hogar, pero no me quiero olvidar nada, porque
todo lo que viví es lo que soy.
Siempre reconocí que sufro de mala memoria. No me suma
puntos, me olvido los nombres, me olvido las fechas, me olvido cuantos años
tengo, me olvido de todo, simplemente un papelón. La idea de escribir mis
recuerdos pelo por pelo se dio un día común y corriente, así sin más. Estaba al
sol, mirando la avenida rodeada de plátanos, tenía un mechón entre mis manos y recordé.
En ese momento me di cuenta lo fácil que fue. Claro que por un momento me sentí
como Sansón, a lo mejor si me corto el pelo pierdo mis recuerdos. Me di cuenta
que lo que sentía no tenía nada que ver con Sansón porque ya había aprendido a
recordar, en realidad lo que sentí fue mucha nostalgia, a lo mejor si me corto
el pelo pierdo la conexión y el pelo me siguió creciendo.
Por la dudas no lo corte, sigue ahí lleno de momentos, a ver
si pierdo la conexión…